Adoro a los ex
Son amables, preocupados y hasta humildes. Llegan a un lugar y –temerosos de que no los reconozcan- saludan y abrazan solidariamente a quienes antes ni siquiera le contestaban llamadas. Son tan avezados en la exposición de soluciones a problemas y situaciones que una llega a sentirse indigna por haber permitido o propiciado que se fueran del espacio que ocupaban y a pensar que debimos retenerlo para siempre. Adoro a los ex, a los ex funcionarios.
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