A oscuras
Recorriendo diferentes zonas geográficas del país, cualquiera concluye en que los dominicanos “somos buenos todos”, pero más que buenos, pacientes, tolerantes, comprensivos, persuasibles, permisivos, calmados, prudentes, transigentes, bonachones, indulgentes, y todos los demás adjetivos cuyos significados finales tengan relación con el popular concepto de “pendejos”. Vivimos en un territorio apagado. Nos obligan a pagar la oscuridad y, después de muchas promesas de que resolverán la situación, ahora todos quieren tirar la toalla. ¡Cuánta indolencia, carajo!
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